jueves, 13 de noviembre de 2014

Sobre "El libro de cuentos de Corazón" de Agustín González


Si, este libro se llama "El libro..." porque no es un libro de cuentos así nomás, son los cuentos de Agustín González, (¿o es una novela por entregas?) sobre una gata llamada Corazón, escritora de cuentos para humanos que aún no publicó. La vida de Corazón es bastante agitada, vive en una casa con otras gatas a quienes les oculta su pasión por la narración. ¿Qué pasará con los cuentos de Corazón? ¿algún día los publicará? lo sabremos en  el siguiente tomo aún no editado, y no sé si escrito, pero al final del libro la promesa está: "continuará...". Lo que sabemos es que este libro es imposible de abandonar, de un tirón y hasta el final la lectura se desliza y las historias se entrelazan como en unas mil y una noches con su scherezada gatuna. Con la diferencia que los cuentos son vislumbrados e interrumpidos, para hacernos caer en una deliciosa trampa una vez más, caer en el cuento sabrosón antes de entender que la historia es otra, que es la historia de Corazón, una escritora romántica zarpada, quien se deja llevar por la inspiración que la vida misma -la de los humanos- le dispara, para después ensortijarla y no sabemos cuántas cosas más, historias de sexo, amor y pasión enseguida germinan en su cabeza sagaz sin dejar de atender su vida entre gatos y preocuparse por el bienestar de su especie. Una sabiduría innata le dicta cómo atravesar las situaciones cotidianas y lidiar con el carácter de los demás, con entereza y sin distraerse de su actividad literaria. Corazón sabe vivir. Y uno creería que su seguidor, su cronista y su biógrafo, también. Por eso nos regaló este libro indirecto, tan particular, juguetón y profundo a la vez.
La edición de Danke, una nueva editorial a cargo de Julia Enriquez ,de la ciudad de Rosario, es ideal.
Un libro para ir corriendo a comprarse dos, uno para la biblioteca y otro para regalar, el regalo perfecto sin dudas. Librerías de Capital donde se consigue: * Librería Mi Casa (contacto por facebook)
A Cien Metros de la Orilla (contacto por facebook) * Otra Lluvia (Bulnes 640) * Big Sur (Carlos Calvo 637)y en Club editorial Río Paraná de Rosario. https://www.facebook.com/edicionesdanke

Sobre "Es imposible pero podría mentirte" de Beatriz Vignoli

Beatriz Vignoli, esta escritora, ¡es demasiado! Anoche, o esta mañana, a las cinco, cuando me levanté, terminé de leer "Es imposible pero podría mentirte" (Homo Sapiens, 2012). Y me dejó alterada. Mil cosas: el libro adentro del libro, la primera persona en el lugar del hecho, la voz afectada, la distortion en 10, la exploración del detalle furiosa, fatal, más oscura que la perversión misma, como dice en un momento. No hay reverb suavizadora, que nos aleje, que produzca efecto vintage -digerible y confiable-, sólo volumen, distortion, afinación perfecta, clasicismo novísimo (no hay disonancias o ruido, no hay collage ni loop alemán). Elogio de la narrativa, pero afectada, explosiva y redundante, dispersándose en venenos autoreferenciales que no hacen más que vestir y desvestir a ese "yo", y a los demás, en un curioso vidrierismo literario (el momento exacto cuando se sorprende al vidrierista cambiando a los maniquíes). Allí está todo, todo lo que esa noche hablamos en Iván Rosado -"fuiste abducida en Rosario, Rosario"- con un compresor tremendo en las voces, cuando nos preocupaban las mismas cosas. Y ella escribió esta nouvelle con todo lo que que me pareció vislumbrar en un diamante apretado como los ceniceros que menciona de los 80, esos ceniceros duros y chiquitos, de cristal, facetados como piedra preciosa con aro de plata -en las más elegantes situaciones- al lado del plato de comida de cada comensal. Está todo lo que me imaginé que podría estar en ese ovillo de estaño apretadísimo que emanaba de los fragmentos a los que accedí en esa breve charla, charla sonriente, como esta escritura, que a pesar de todo lo que dije que es, sonríe, sonríe porque la vida le parece increíble, inesperada en su palidez, como quien va en un tren fantasma que ella misma ha diseñado y por eso se divierte, porque escribió todo esto y ahora hay alguien leyéndolo. Otra de las fantásticas posibilidades de esta vida. Y siempre es inocente, debo agregar, ese yo es exculpable, son absueltas de antemano sus premeditaciones, y el detalle ínfimo que me llama: el lujo del uso de ciertas palabras, como el uso de la palabra cool, en un momento preciso, que me inspiró a usar algunas extranjeras en este párrafo. Nunca como ella, claro. Vignoli humilla.